Sobre actos de vandalismo en Brasilia.
Esta será mi única opinión.
Desaprobé cualquier acto de vandalismo, ya sea que se realice en un lugar público o privado. Ya he sido víctima de vandalismo y le informo al lector de este texto que la sensación es desagradable.
La situación se dio en julio de 2015, cuando iba a trabajar y llegando a cierta vía de acceso a una carretera, un ciudadano, se puso nervioso (nunca supe por qué, porque el motivo presentado luego en el juzgado fue proxeneta), y empezó a perseguirme hasta mi sitio de trabajo.
Puede que haya hecho el movimiento equivocado. Pero no justifica el siguiente vandalismo.
En una flagrante falla de seguridad, estacionamiento, mi antiguo lugar de trabajo, el ciudadano entró y comenzó a ofenderme y amenazarme. Lo ignoré porque no tiene sentido perder el tiempo en eso. No satisfecho, el individuo fue a mi auto y comenzó a patearlo.
Llamé su atención y él, no contento, se dirigió a su vehículo y tomó una barra de hierro para avanzar hacia mí. Gracia a Dios sin éxito.
Me arruinó el día y las siguientes semanas fueron una lucha para obtener mis derechos. Incluso me acusaron de estar equivocado en la historia. Me afectó y me sentí muy mal por ello.
Reiterando la flagrante falla del estacionamiento, el ciudadano logró huir. Mi “suerte” fue que activé la cámara del celular y grabé todo.
Tomé las medidas necesarias. Y lo que me impresionó fue que al ahora acusado no le importaba ser demandado. Solo pagó mis daños después de que lo ejecuté en la corte.
Puedo hablar de lo anterior en privado. Tengo todo documentado.
Por lo tanto, repudio con vehemencia cualquier acto de vandalismo por el motivo que sea. Al estar hecho por cualquier persona, ya sea blanca, negra, morena, oriental, etc. Si es del partido X o Y. Si está a favor de esto o aquello. Tener RAZÓN o no.
Y tengo dicho.
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